lunes, 5 de octubre de 2009

Las olimpiadas del horror

La XXV edición de los Juegos Olímpicos se realizó en la ciudad de Barcelona en el año 1992, según cuentan las crónicas del momento fueron los mejores juegos de la historia. Para el deporte patrio fueron unas olimpiadas plagadas de éxitos, consiguiendo veintidós metales, trece de ellos de oro, y ocupando el sexto lugar en el medallero olímpico.

Como herencia de los citados juegos, Barcelona dió un cambio radical a su imagen mejorando sus infraestructuras, modernizando la ciudad y construyendo nuevas instalaciones deportivas. Todo ello fue posible gracias a la aportación millonaria que el gobierno de la nación realizó limpiando los esquilmados bolsillos de todos los españoles. A cambio, recibimos una herencia de la que desgraciadamente todavía estamos pagando consecuencias.

Aparte de los éxitos deportivos, la proyección que supone a nivel mundial unos juegos olímpicos y toda esa clase de monsergas, nuestros atletas, quiero pensar que por obligación, dejaron una terrible lacra. Vestían una prenda que marcó la estética nacional durante la década de los noventa. Estoy hablando del controvertido “chándal de tactel”.

Según los expertos, la fibra de poliamida TACTEL proporciona:

• Con su estructura muy fina, una gran comodidad de vestir: tan fina como la de un papel arrugado.

• Aumenta al mismo tiempo la resistencia de la prenda: fondo de armario imprescindible de todos los hogares españoles del momento.

• La adición de tactel prolonga la vida de la misma, dotándola además de permeabilidad: se ha convertido en uniforme oficial de todos los yonkis y aparcacoches de las grandes ciudades que todavía sobreviven en el asqueroso mundillo de las drogas.

El chándal se componía de dos piezas: un pantalón y una chaqueta con goma elástica en tobillos y muñecas respectivamente cuya función principal era la de dar un aspecto bombacho a tan horrible prenda. Normalmente se acompañaba de calcetín deportivo en dos de sus versiones más características, blanco con raya horizontal azulgrana o el mítico de las raquetas entrecruzadas.

Su diseño pretendía emular a “Piet Mondrian” fundador del neoplasticismo, pero en una versión más dominguera. La prenda era un collage a tamaño natural mezclando retales de colores de lo más variopintos, posiblemente seleccionados por algún diseñador daltónico. Y los que para mí ocupan un lugar privilegiado en el ranking de la caspa total, son aquellos modelos a los que les añadían un toque fosforescente.

Aunque existía una variante más patética, si cabe, que sentó cátedra entre la mayoría de las amas de casa de aquella década. Era la del chándal en su versión folclórica. Su pionera fue la tristemente desaparecida Rocío Jurado, que con gran arte coronaba la prenda deportiva con unos zapatos de tacón (no es broma, existen pruebas fotográficas que lo demuestran). Una vez presentada en sociedad esta versión a través de las revistas del corazón, era difícil encontrar alguna ama de casa que no bajara al mercado con tan ridícula vestimenta.

Desgraciadamente para nuestra salud mental, el chándal de tactel se convirtió en prenda fetiche de millones de españoles. Durante la semana siempre te cruzabas por la calle a gente llevando la terrorífica prenda, pero era el fin de semana cuando el nutrido grupo del "sector chandalero" deambulada por las calles de la ciudad. Hombres, mujeres, niños, familias enteras paseaban alegremente exhibiendo sus modelos como si de la “Madrid Fashion Week” se tratara. Fue tal la repercusión, que se convirtió en pieza indispensable para visitar los centros comerciales, zonas de ocio e incluso enlaces matrimoniales.

Como todos sabemos, Madrid ha vuelto a quedarse a las puertas de organizar los juegos olímpicos de 2016. Se han realizado grandes inversiones, se ha dotado a la ciudad de todas y cada una de las condiciones que el Comité Olímpico Internacional exige. Pero la razón que ha decantado la balanza hacia Rio de Janeiro es única y exclusivamente, que el mundo corría el riesgo de que se volviera a exhibir esa lamentable imagen de los atletas subiendo al podio con un chándal de tactel.

Así que si al Sr. Gallardón le quedan fuerzas para presentar una nueva candidatura, que se olvide de las instalaciones, infraestructuras y todas esas nimiedades y dedique su proyecto al diseño de la ropa deportiva que lucirán los futuros atletas.

4 comentarios:

  1. pues la verdad es que, entre lucir tableta de chocolate de los cariocas y minúsculos tangas en el caso de las cariocas... y lucir nuevamente nuestro chándal Táctel, la decisión esta clara, jajajajajajaaaaaa!!!!!!!!!!

    aún recuerdo aquel chándal que tenía con pantalones negros y sudadera negra, violeta, fucsia y verde manzana psicodélica... puajjjjjj!!!!!!!!!!
    (lo que más me jodió es que le hice "un siete" al pantalón y mi madre me lo cosió, me jodí y lo "disfruté" otro año más...

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  2. Aún hay más: las chicas de mi instituto lo lucían con hombreras. Después de la carrera de 2000 metros las hombreras las llevaban en las rodillas. ¡Qué espectáculo!¡Viva la moda!

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  3. Madre mia tio ,ja,ja,ja,...!!!!.creo que este ha sido el
    mejor de todos los que has escrito ,ja,ja,ja!!!. La verdad es que sino recuerdo mal en casa sólo entró uno y era bastante discreto blanco y verde lo llevaba muy orgullosa nuestra madre.Pero lo que si tuvimos , y de hecho creo que aún están por La Yesa , fueron unas cazadoras criminales blancas y rojas de no se qué propaganda que le regalaron a papá y que nos hacia poner para nuestra desgracia .¡ Que tejido más horroroso !, ese junto con el vaquero "nevado" ha sido lo peor que se ha inventado en toda la historia de la moda. Dicen que los 80 fueron muy chungos en cuanto a vestimenta se refiere , pero desde luego los 90 no tienen desperdicio. Por cierto , los comentarios de tus amigos ," la bomba ", tienen muchísima gracia ...ja.ja,ja. Un besote.

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  4. Mucho más nivel tenia el chandal de adidas con las tres franjas (y nada de brillos), aunque lo había en color butano ...

    Por otro lado, lo de Rio estaba claro, vamos yo lo tenía claro desde el día que vi a los de la comisión del COI bailando con las brasileiras en un pseudo carnaval que les montaron ...

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