jueves, 22 de abril de 2010

La cara oculta de................

Continuando con el post anterior a llegado el momento de descubrir la cara oculta de una terrorífica y diabólica historia que durante generaciones ha tenido atormentada a millones de personas en todo el mundo. Creo que ya es hora de desvelar el misterio.

¡¡AVISO IMPORTANTE!!

El siguiente relato es una dramatización, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Ser padres hoy, Tu bebé mes a mes, La aventura de ser madre. Durante nueve meses lees con avidez este tipo de “literatura” relacionada con el embarazo y el futuro nacimiento de tu retoño, en el que te explican con pelos y señales todo lo que debes saber al respecto. A esto hay que sumar los consejos y opiniones que propios y extraños reparten de manera bienintencionada. Recibes tal cantidad de información que entras en estado de shock y una tremenda presión en tu pecho no te deja respirar porque piensas que no vas a ser capaz de estar a la altura. Así que recordando tus viejos años de estudiante (quién los pillara), te dedicas a preparar apuntes, esquemas y toda esa liturgia propia del mundo estudiantil, para memorizar sólo los datos importantes.

En mi caso preparé un cuadro en Excel donde no faltaba detalle. Para repasar diariamente mis conocimientos de obstetricia y pediatría lo coloqué en uno de los lugares que visito diariamente, la puerta del frigorífico. ¡Bueno para ser sincero mi primera opción fue colocarlo en el baño!, pero mientras disfruto de mi momento All-Bran, prefiero leer de los botes de crema, lociones y jabones su composición y lugar de procedencia. Tras este breve paréntesis escatológico he de deciros que el sistema del frigorífico es efectivo al 100%, porque pasado el primer trimestre del embarazo, adquieres tales conocimientos de la materia que puedes entrar a formar parte del equipo médico del Hospital Universitario Princeton-Plainsboro, donde el doctor House se dedica a realizar sus particulares diagnósticos bajo los efectos de su querida Vicodina.

No contento con esto y con el afán por aprender, amplías nuevos horizontes acudiendo a los cursos de preparación al parto, donde te enseñan explicitas diapositivas con parruses gigantes a los que no les falta el mínimo detalle. Es más, gracias a ellos descubres donde se encuentra el famosísimo y desconocido por muchos punto G, que desgraciadamente no podrás explorar hasta bien pasada la cuarentena. Después, junto a tu embarazada esposa prácticas diferentes jadeos y respiraciones para hacer menos doloroso el momento del parto, que culminan con unas clases teórico-prácticas de puericultura (muñeco incluido), para hacer tus primeros pinitos en el cuidado del bebé.

El siguiente paso una vez completada tu formación académica y siguiendo fielmente los consejos de este tipo de publicaciones y de familiares y amigos, es la preparación del sistema logístico para el transporte urgente de la parturienta. Para ello debes coger el coche y calcular el tiempo que necesitas para recorrer la distancia que hay entre tu casa y el hospital. Además debes contemplar rutas alternativas por si en el momento clave encuentras algún obstáculo que impida la llegada a la maternidad, y no te quede más remedio que aplicar tus amplios conocimientos de obstétrica (gracias al sistema del frigorífico), para asistir el parto de tu propia esposa dentro del coche.

Pero después de haber gastado cientos de euros en libros y revistas, haber escuchado los amables consejos de familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, e incluso personas desconocidas que por el simple hecho de ver que estás esperando un bebé se permiten la licencia de dar su opinión. Caes en la cuenta de que no ha valido absolutamente de nada, ya que cuando se acerca el feliz pero temido momento tu ginecóloga dice: - No os preocupéis veniros mañana que os inducimos el parto.

¡¡Vamos Rafa no me jodas!!, después de estar nueve meses estudiando más que si tuviera que prepararme unas oposiciones al ministerio y me sale con que nos inducen el parto. ¡¡Manda cojones!!, yo que me veía levantándome a las cuatro de la mañana, con el pañuelo blanco atado a la ventanilla del coche para llegar a la maternidad y resulta que todos los esfuerzos han sido en vano.

En este momento es cuando descubres la cara oculta de ser padre primerizo y al igual que todos los que han pasado por tu misma situación, has pecado de pardillo. Pero al final merece la pena porque recibes el premio más importante de todos, superior incluso a los otorgados cada año en honor a Alfred Nobel, el nacimiento de tu bebé. A raíz de esta feliz e inolvidable experiencia he decido estrenar un nuevo espacio en el blog para contar en la medida de lo posible mis experiencias como padre primerizo. Va a llevar como título: Diario de un premio “novel”, y con él quiero haceros participes de las aventuras y desventuras de este mundo tan desconocido, como la cara oculta de luna que tanto gusta a nuestro querido Iker Jiménez.


4 comentarios:

  1. Yo me consideraba alguien con ganas de saber de todo hasta que abrí mi primer libro de neonatología... Ahora sé que hay cosas que no quiero saber.
    Aún así, estoy impaciente por disfrutar literariamente de esta nueva etapa de tu vida (espero que no vieses el último capítulo de House)

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  2. GRANDE, GRANDE JOSEVI!!!!!!! como siempre...

    qué razón tienes!!!!!
    se están perdiendo valores y costumbres en la sociedad... y el "momento pañuelo blanco" pasó a la historia...
    yo, si me llega ese momento, lo emplearé... aunque sea circulando correctamente y sin prisas mientras me dirigo al hospital a que le provoquen el parto a mi "santa esposa"
    ALCÉMONOS TODOS Y SAQUEMOS PAÑUELOS BLANCOS POR LA VENTANILLA!!!!!!! CIRCULEMOS CON LOS INTERMITENTES DE EMERGENCIA MIENTRAS APORREAMOS EL CLAXÓN!!
    PD. Ana ya es tía

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  3. creo que esta sección va a dar para muuuucho


    besitos mi amor

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  4. Me apunto a esta nueva serie literaria, seguro que se convierten en Best Seller y te forras al estilo J.K Rowling.

    ¿Será esto por lo que dicen que los niños vienen con un pan bajo el brazo?

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