miércoles, 3 de febrero de 2010

Juego de niños

¡¡Recreeeoooooooooooooo!!, al escuchar aquellas mágicas palabras salíamos como almas que lleva el diablo para disfrutar de nuestro momento de esparcimiento en aquel limitado patio de luces. A pesar de sus reducidas dimensiones sabíamos sacarle partido. Esas lúdicas jornadas estaban amenizados por las inconfundibles voces femeninas, que saltaban a la comba, pisaban la goma y tocaban las palmas al ritmo de estos incunables que en alguna ocasión hemos entonado:

PLAZA REDONDA

En la plaza redonda, redonda.
Hay una zapatería, donde van las chicas guapas, a tomarse las medidas.
Se levantan la faldita, se les ve la pantorrilla,
y los chicos de vergüenza se han caído de la silla.

“Evidentemente con esta insinuante canción nació nuestra enfermiza obsesión hacia el género femenino, y fundamentalmente en lo que escondían debajo de aquellas faldas plisadas.

LA CALLE 24

En la calle-lle, veinticuatro-tro,
habido-dodo, un asesinato-to,
Una vieja-ja, mató un gato-to,
Con la punta-ta, del zapato-to.
Pobre vieja-ja, pobre gato-to,
Pobre punta-ta, del zapato-to.

“No se mis compañeros pero a mi, que esta historia estaba protagonizada por la directora del colegio”.

SOY CAPITÁN

Soy capitán, soy capitán.
De un barco inglés, de un barco inglés,
y en cada puerto tengo una mujer.

La rubia es, la rubia es,
fenomenal, fenomenal,
y la morena no está nada mal.

Si alguna vez, si alguna vez,
me he de casar, me he de casar,
me casaría con, esa mujer.

“A día de hoy esta canción ha sido prohibida por sexista, según Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo”.

EL CUARTEL

Al pasar por el cuartel, se me cayó un botón,
y vino el coronel, a pegarme un bofetón.
Que bofetón me dio el cacho de animal,
que estuve siete días sin poderme levantar.

¡¡UNO, DOS, TRES, CUATRO, CINCO, SEIS Y SIETEEEEEEEEEEEEEEE!!

Las niñas bonitas, no van al cuartel,
porque los soldados, les pisan los pies.
Soldado, soldado, no me pises el pie,
porque soy pequeñita, y me puedo caer.

Si ere pequeñita, te voy a regalar,
un vestidito blanco, para ir a pasear.
Cortito de delante, larguito de detrás, con cuatro volantes.
Adiós mi capitán.

“Bastantes hostias nos llevábamos de la directora, como para ir hacer la mili”.

AL PASAR LA BARCA

Al pasar la barca,
me dijo el barquero:
las niñas bonitas
no pagan dinero.

Al volver la barca
me volvió a decir:
las niñas bonitas
no pagan aquí.

Yo no soy bonita
ni lo quiero ser.
Las niñas bonitas
se echan a perder.

Como soy tan fea
yo lo pagaré.
Arriba la barca
de Santa Isabel

“Canción cruel donde la haya en la que deja bien claro a las niñas que como seas fea lo vas a tener muy difícil en la vida”.

SANCHO PANZA

El verdugo Sancho Panza-za-za,
ha matado a su mujer-er-er.
Porque no tenía dinero-ero-ero
para irse, para irse,
al café-fe-fe

En el café había una vía-ia-ia,
por la vía pasa el tren-en-en
Y un lorito va diciendo-endo-endo
¡Viva Sancho, Viva España, Viva El Rey!

“Sobran los comentarios”

MAYSEFOYUTI

Maysefoyuti
tu eres chancla
Por eso yuti
Maysefoyu

La sinagoga
domenico la chacha
Por eso yuti
Maysefoyu

"Agradecería que si alguien conoce realmente la letra me lo diga, porque esta es una de las mayores dudas existenciales que me persiguen desde mi infancia".

Ajenos a estos cantos de sirena y viendo que bajo la atenta vigilancia del profesorado no podíamos levantar la falda a nuestras compañeras, nos dedicábamos a otros menesteres para aplacar nuestros prematuros pensamientos impuros y demostrar quién mandaba en el patio, si los integrantes del Grupo A que era el mío o los del Grupo B. Como es de imaginar cualquier práctica que realizábamos acababa en una cruenta batalla campal, con algún que otro castigado. Las prácticas más utilizadas eran las siguientes:

¡¡LA LLEVAS!!

Para elegir quien pagaba se utilizaban los clásicos métodos de sobra conocidos, pares/nones o en su defecto el oro/plata. El elegido tenía la peste y su función era contagiarla lo más rápido posible. Una vez pillabas a alguien le decías ¡LA LLEVAS!, y automáticamente quedabas curado y así sucesivamente. Al final era tal el follón que se montaba que no sabías quién era el apestado.

EL ESCONDITE

Aunque el patio era pequeño daba para esconderse, quien palmaba debía buscar a la gente por todos los rincones posibles. Una vez localizados acudías “a mare” y decías: ¡Por José, que está escondido detrás de los cubos!. Si conseguías encontrar a todos pagaba el primer localizado, pero había una posibilidad para volver a pagar. Si el último del grupo conseguía llegar “a mare” sin que lo pillaran salvaba a todos, pero para que fuera efectivo tenía que decir: ¡Por mí, por todos mis compañeros y por mi primero! , ante los gritos de alegría de la concurrencia.

FÚTBOL PLATA

Su mecanismo era igual al fútbol calle, es decir todo vale, pero con una ligera diferencia, el esférico a patear se fabricaba a base de unir todo el papel de plata de nuestros almuerzos hasta formar una especie de balón, el cual quedaba aplastado a los pocos minutos. A partir de ese momento el objetivo a patear eran las espinillas de tus contrincantes.

¡¡CHURRO VA!!

Este era el juego por excelencia, ¿quién no recuerda aquella mítica frase?. “Churro, media manga o mangotero, adivina lo que tengo en el mortero”. Aunque su funcionamiento parezca simple requería de una gran estrategia porque el orden de salto era fundamental para intentar derribar la fila formada por el equipo contrario. Nosotros disponíamos de tres pesos pesados que hacían de las espaldas del contrincante un verdadero infierno, aunque cuando les tocaba pagar a los del B, también utilizaban su armamento pesado. Cuando a los de mi clase nos tocaba pagar, yo era el elegido para hacer de almohadilla, ya que debido a mi corta estatura y mi peso de mosquito la cadena quedaba endeble y descompensada. Pero mi función era de gran responsabilidad porque debía controlar que los saltos fueran los más limpios posibles y no se utilizaran objetos contundes. Cuando uno de los grupos derribaba la fila, el otro como castigo se lanzaba al “montonet”, para repartir toda la leña posible.

Y así, con estos juegos y canciones disfrutábamos de nuestros almuerzos en el Corbi, donde nuestra única preocupación era no agujerear los pantalones, para evitar pasar el resto del curso con aquellas incomodas rodilleras.

6 comentarios:

  1. Que bueno!! y que recuerdos de la infancia...
    En mi cole, a parte del pares/nones, oro/plata (este era el utilizado para jugar al futbol y para hacer los equipos) tambíen estaban el tipico piedra, papel y tijera y el pin-pon-fu-e-ra.
    Otros juegos a los que jugabamos, eran el pollito inglés (mas de pequeños)y "la mosca" (ese fue desde 4º o 5º hasta el instituto, en donde llegamos a jugar alguna que otra vez) y consistia en hacer dos filas de personas y el que pagaba tenía que pasar por medio. Los que estaban en las filas tenían que estarse quietos y no moverse y aprovechar el momento adecuado para darle una "basca" al que pasaba por medio sin ser visto. Si te veían entonces era tu turno de pasar por medio... Y el que recuerdo y pienso que en mi cole fue el rey de los juegos durante décadas, fue "la negra". Consistia en hacer una pelota de plata, con el papel de alumunio que envolvia a los bocatas y el que pagaba tenia que ir detras de los otros corriendo y lanzarle "la negra" si te daban entonces pagabas y eras tu el que tenias que perseguir a lo demás, con la consecuencia de que al finalizar el recreo, el que la llevaba en ese momento tenía que pasar por el temido pasillo del juego de la mosca, con la problematica añadida de que era el ultimo turno, ya que habia que entrar a clase y por lo tanto la gente no se cortaba ni un pelo y corrían gotas de sangre (patadas y gapos llegaron ha haber en ocasiones cuando el odio acumulado de muchos años se centraban en algun susodicho...). Bueno esperaremos a que nos vayas refrescando la memorias con tu pupitre de atrás.

    Un abrazo. Paji.

    ResponderEliminar
  2. Sí, de acuerdo. Pero en mi opinión el rey de los juegos siempre ha sido y será "pillar". A parte de ser cardiosaludable, era el juego de la Verdad con mayúscula. Y es que ahí se demostraba la realidad de la naturaleza tanto masculina como femenina: el vicio por nuestra parte y la capacidad de hipnotizarnos por la suya. Pero no quiero entrar en detalles sobre desarrollos precoces de formas y sus movimientos... cada cual que examine su conciencia.

    ResponderEliminar
  3. Completamente de acuerdo. Aquella revolución hormanal dejaba a nuestras partes íntimas un poco doloridas.

    ResponderEliminar
  4. Yo prefería jugar a pillar en la piscina (o hacer aguadillas). Ahí si que se pillaba cacho. Je je

    ResponderEliminar
  5. Y yo me pregunto, ¿seguirán vigentes todos estos juegos en los patios de recreo actuales?

    Creo que ahora se dedican a darle a la Play, Gormitis, y a pasarse cosas con el móvil.

    Ellos no saben lo que se pierden!

    ResponderEliminar
  6. Vaya... algunas canciones están un poco (demasiado) estereotipadas jajajjaja no me daba cuenta de lo que cantaba :S

    ResponderEliminar